Meses de convivencia intensiva obligatoria han supuesto una dura prueba para muchas parejas en nuestro país, así como estamos tan poco acostumbrados a pasar tanto tiempo juntos.
Si has llegado a la nueva normalidad y aún sigues compartiendo tu vida con él o con ella, está bien, has superado la primera prueba, tu relación de pareja parece que promete, ¡pero ojo!, no te relajes, los problemas no se acaban con el confinamiento.
Crisis global
En efecto, es una crisis global, raro es el que consigue salir indemne, y es probable que andes en apreturas o dificultades económicas, como una gran mayoría actualmente. Y bueno, si escapas y mantienes tu empleo sin recortes igual te obligan a teletrabajar, y tendrás que seguir compartiendo espacio con tu pareja mientras trabajas. Por no hablar del hecho de tener a los hijos en el hogar casi a perpetuidad con esta nueva normalidad. Tampoco hay ya tantos sitios a dónde ir para evadirse o desconectar, así las cosas en muchas playas hay aforos o tienes que reservar, nada de discotecas o salas de fiesta, cuidado con los cines, con los aviones y los hoteles, se suspenden las fiestas, el deporte es sin público, no hay parque acuáticos, ni conciertos, ni verbenas en los pueblos, y adiós al Carnaval de invierno –algunos ayuntamientos lo posponen para el verano, con mucha suerte-. En este punto siempre te quedará llamar a algún amigo o amiga y salir a dar una vuelta, ir de tiendas o tomar algo, ¡pero cuidado!, también en este caso puede haber algún problema.
Tal vez tu amigo o amiga no lleven tan bien eso de la distancia y la mascarilla y aún así no se fíen, o igual es tu pareja la que no ve muy seguro que amplíes el círculo de relaciones profilácticas y no está de acuerdo.
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Con todo, lo que parece claro es que más de una pareja puede pasar por dificultades con las nuevas reglas de vida que impone la nueva realidad. Nadie dijo que esto de vivir fuera fácil, así que no tires la toalla, no tan pronto al menos. Igual es hora de pasarle una revisión, una ITV a tu relación de pareja, a ver si le falta algo, se desgastó o rompió con el paso del tiempo.
La clave: compatibilidad
Quizá deberías empezar por preguntarte si seguís siendo compatibles. Hace años puede que os sintierais enormemente atraídos el uno por el otro, y hubiera admiración y deseo y un montón de otras cosas hermosas, pero el tiempo pasa, los gustos cambian y las personas pueden evolucionar por caminos diferentes. Y es posible que poco quede de esa admiración y no tengáis ya apenas nada en común, ni en gustos, ni en aficiones, ni en la manera de entender el mundo. Y hoy con la nueva normalidad es posible, muy posible, que tu pareja quiera llevar unas reglas de higiene y distanciamiento social muy estrictas, y tú no estén tanto por la labor. Sea este el caso que trae la disputa o sea cualquier otro, intenten llegar a acuerdos que os mantengan caminando juntos, de lo contrario los problemas crecerán.
Rectifica
Pregúntate ahora si os seguís respetando. Puede resultar una obviedad, el respeto, es lo básico, pero a menudo nos acomodamos en la relación y vamos olvidando mucho de lo esencial, y se acaba la ternura, la delicadeza, el cuidado, y llegan los gritos, los rencores, la desconfianza, las caras largas y esos silencios prolongados, y una parte manda y la otra solo obedece, sometida, sumisa, sin voz, ni voto. Y así casi sin darte cuenta compruebas que el mal rollo se ha ido a vivir con vosotros a casa, y al cabo de un tiempo es complicado sacarlo. Si algo de esto te suena haberlo vivido cuídate de rectificarlo y haz que se vaya y vuelva el respeto.
Si llegado este punto te das cuenta que no hay ni respeto ni compatibilidad en vuestra relación, igual va siendo hora de que te plantees una separación. Si no es este tu caso qué puedo decir: tú relación parece bastante sólida, quizá solo te quedaría una última prueba.
Proyectos comunes o compartidos
Pregúntate si sigues teniendo ilusión por el futuro y lo quieres con él o con ella. Porque aún siendo compatibles y manteniendo el respeto, a veces el paso del tiempo y la rutina acumulada nos hacen perder el entusiasmo y la ilusión por estar y hacer cosas con nuestra pareja, y termina por invadirnos la sensación de haberlo dado todo por nuestra relación, no quedándonos ya nada dentro. Este distanciamiento puede resultar fatal y convertirse en puerta de entrada a aventuras extramatrimoniales que pueden llevar a la relación a un final nada agradable. Si sientes que estás en este punto, esfuérzate por dibujar un futuro de proyectos comunes o compartidos con tu pareja y no dejes que la ilusión se apague. Y bueno, si tampoco es este tu caso y sigues tanto o más ilusionado o ilusionada que el primer día, este artículo únicamente te sirve para reafirmarte en la suerte que tienes por haber pasado la inspección técnica, tu relación resiste la nueva normalidad, probablemente sea para toda la vida.