La herradura de caballo es una pieza de metal con una peculiar forma en U que se utiliza para proteger las pezuñas de este animal.
Sin embargo desde la antigüedad también se ha usado este utensilio como amuleto de la buena suerte, siendo el talismán más antiguo que se conoce en el mundo y que hasta día de hoy goza de una gran popularidad.
La historia cuenta que fueron las primeras civilizaciones griegas las que vieron propiedades mágicas en la herradura al encontrar similitud en su forma con la de una media luna -astro que relacionaban con la buena suerte y la fertilidad-, además ellos consideraban que el metal ahuyentaba el mal y por otra parte el hecho de que se necesitasen 7 clavos para fijar la herradura a las pezuñas del caballo acrecentó esta creencia por ser el 7 un número mágico.
Fuerza y vitalidad
A todo esto se une el vínculo con el caballo, que carga a este talismán de cualidades propias de este animal como son la fuerza y vitalidad. Fueron estas apreciaciones las que provocaron que pronto se extendiese la herradura como amuleto personal que protegía a su dueño de la negatividad y más tarde, en el siglo X, también se empezó a usar para proteger a los hogares de todo mal, para ello se colgaba en las puertas de entrada a las casas.
Pago por VISA. Coste llamada local en España,sin coste adicional añadido. IVA incluido. +18A
Coste de la llamada 806 1,21 red fija 1,57 red móvil iva incluido. La tarifa se descontará de tu factura de teléfono. +18A
La leyenda
Esta costumbre devino de una leyenda que cuenta que el Arzobispo de Canterbury, de nombre Dustan, que anteriormente había sido herrero, recibió un día a un hombre que le pidió que le pusiera unas herraduras en sus pies. Dustan descubrió que era el mismísimo diablo cuando observó que esta extraña criatura tenía cuerpo humano pero extrañas pezuñas en lugar de pies, aún así accedió astutamente a realizar su petición, advirtiéndole que la única forma de colocarle las herraduras era colgándolo en la pared. El diablo accedió pero cuando el arzobispo comenzó a ponerle clavos para fijarle las herraduras sintió tal dolor que suplicó clemencia y el arzobispo aprovechó para exigirle a cambio que nunca entrase en las casas en las que tuviesen una herradura colgando en la puerta, a lo cual el desesperado y dolorido diablo accedió.
Debemos saber que según la posición en que estén las puntas de la herradura se consiguen distintos efectos: Si la colocamos hacia arriba sus extremos harán las veces de antenas y atraeremos las bendiciones del cielo, si en cambio la ponemos hacia abajo sobre el marco de la puerta, brindará protección a todo el que pase por debajo de ella.
La tradición
Por otro lado, la tradición dice que para que este amuleto nos dé mayor suerte, en vez de ser comprado directamente, la herradura debe ser preferiblemente encontrada o regalada. Así, por ejemplo, regalar una herradura a quienes estrenan casa es una opción muy acertada puesto que simboliza nuestro deseo de buena fortuna para los nuevos propietarios. Hay que tener muy en cuenta que la herradura jamás debe ser robada o quitada con violencia de la pezuña de un caballo puesto que con esta acción solo se conseguiría atraer la mala fortuna a nuestras vidas.
Para asegurar que este amuleto te aporte todos los beneficios posibles, sigue los siguientes consejos: Procura que el número de clavos de la herradura sea impar, siendo 7 el más idóneo por su simbología mágica, aunque hay quienes señalan que mientras más clavos tenga la herradura, más suerte atraerá.
Sostén la herradura de la suerte en tus manos y visualiza el deseo que quieres que se cumpla ( proteger la casa, atraer la buena suerte, conseguir fortuna…) . Para lograr un mayor efecto puedes acompañar esta acción con una pequeña oración.
Y por último, no olvides tocar cada cierto tiempo tu herradura de la suerte -lo recomendable es una vez por semana- para reactivar con más fuerza tu deseo.