En el año 2019 fueron un total de 109.567 las demandas de separación o divorcio que se presentaron en los juzgados de toda España, otros estudios e informes de situación revelan que las relaciones de pareja acostumbran a romperse cuando rondan la crítica etapa de los cinco años.
Al parecer el amor a menudo no aguanta, no es suficiente cuando se llega a esta fatídica cifra de tiempo, si no mucho antes, o algo después. ¿Qué es lo que sucede?, ¿a dónde fue esa mujer, ese hombre ideal que nos entusiasmaba? Muchas son las razones que podríamos argumentar, desde luego, pero una de las más recurrentes y obvias es que el enamoramiento es un estado del alma que resulta difícil mantener por mucho tiempo.
Los regalos a lo largo de la historia
El problema lo tenemos pues cuando esa efervescencia inicial se va apagando y producto de la convivencia diaria caemos en la rutina. Llegados a este punto deberíamos poner en práctica otros recursos o elementos que hagan la relación más placentera. Que falte el estado de enamoramiento no implica que el amor también se haya esfumado con él, muy al contrario, casi siempre el amor permanece, aunque acompañado de uno o varios «peros». «Lo quiero pero… ¡es tan aburrido!», «la quiero pero… ¡tiene un carácter!. A veces no hace falta ni que haya un motivo concreto y la frase dice algo así como: «Lo quiero pero… creo que estamos estancados».
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Pues bien, si tú lector o lectora te encuentras en alguna de estas situaciones y no dejas de preguntarte qué pasó o a dónde fue todo eso tan bonito que teníais, cierto, puedes mandar tu relación a tomar viento y probar con otra, pero nada te garantiza que no te vuelva a ocurrir otra vez lo mismo con la siguiente relación. Así las cosas, si todavía hay amor, nuestra recomendación es que pruebes a acompañarlo de buenas dosis de sentido del humor que hagan más llevadera las situaciones difíciles y los momentos de tensión, que todos sabemos que los hay y muchos en las relaciones de pareja, especialmente ahora y en el futuro que nos viene, con tanta incertidumbre y calamidad anunciada en el horizonte.
Aprende a decir "¡no fue para tanto!"
Te proponemos pues que le restes severidad a lo que os pasa. Es posible que lo que en un principio te pareció algo grave, tal vez si lo piensas y analizas mejor, igual no fue para tanto. De eso se trata: toda situación puede tener una segunda lectura más benévola, más irónica, más cómica. Aprende a sobrellevar con menos dramatismo las situaciones complicadas y verlas desde una perspectiva más relajada ¿No oíste aquello de que hay que saber reírse hasta de tu propia sombra? Por ahí va el asunto, bromea con tu pareja, probad a discutir con sentido del humor, sonríe, aprende a decir «¡no fue para tanto!», jugad como cuando erais niños, bailad aunque no sepáis, haced el bobo de vez en cuando, usad de la ironía, hazlo reír, hazla reír, verás como todo fluye mejor.
No hay que olvidar que el humor, el buen humor, la broma, la risa, a menudo si no son en exceso van ligados a la simpatía, y ya sabemos lo importante que es caer simpático a la hora de socializar, de hacer amigos y hasta para buscar un trabajo. De modo que también por esta vía puntúa en positivo llevar una relación de pareja con mucho buen humor.
La presentación, tan importante como el propio regalo en sí.
A buen seguro que si lográis avanzar por este camino, al cabo de un tiempo el sentido del humor se habrá instaurado ya en vuestra relación y será el ambiente habitual acostumbrado en casa, en lugar de la severidad, la tensión, el reproche o el mal rollo que a veces se instala en las relaciones de muchas parejas cuando pasan algunos años.
Y bueno, si no lo haces por todas estas razones, puedes animarte a hacerlo por los aportes y beneficios que el sentido del humor tiene para la salud en todo tiempo y edad. Primero y fundamental, por todos es sabido lo nefasto que es el temido estrés. Y debes saber que el sentido del humor y la risa son unos magníficos desestresantes naturales. Al margen de este detalle no poco importante, parece ser que la risa y el sentido del humor ayudan también a fortalecer nuestro sistema inmunológico, algo especialmente importante en estos tiempos que corren con tanto virus al acecho. Y ya puestos, la risa y el humor también ayudan a relajar la musculatura, destensan, suavizan, y son buenos para el cerebro, para la memoria, para el corazón y de seguro para otras tantas cosas más.
Y debes saber que el sentido del humor y la risa son unos magníficos desestresantes naturales.
Así pues, parejita, si hay problemas pero aún perdura el amor, ya estáis tardando en poner en práctica en vuestro día a día esta cosa del sentido del humor, y bueno, si al final tampoco así resulta, siempre podéis decir aquello de: «¡fue divertido mientras duró!»